Trail Dreamer nos detalla como modificar y preparar una KTM EXC-F 500 Six Days especialmente para la modalidad del Trail / Rally en su variante más radical, una máquina para usuarios muy puristas
Jaume Von Arend, destacado aventurero y un gran apasionado de la moto off-road, nos ha mostrado su último “juguete”. Partiendo de una KTM EXC-F 500 Six Days, ha llevado a cabo una destacada preparación, adaptándola a un uso Trail radical, con la que incluso nos permitiría salir a competir en algún Rally Raid. A pesar de contar en su garaje con una espectacular 790 Adventure preparada, Jaume quería disponer de una moto que le permitiera una faceta más off-road auténtica y radical, que fuese muy juguetona, ligera y manejable, no para viajar, mas bien para realizar rutas largas e intensas, pero principalmente buscando que la moto le permita recorrer senderos estrechos y técnicos, poder superar trialeras de cierta dificultad y si se quedaba encallado en alguno de estos berenjenales, poder salir airoso, además de seguir manteniendo la diversión con elevada estabilidad y seguridad en las pistas rápidas.
CAMBIOS DESTACADOS:
Jaume nos describe:
“La idea ha sido partir de una potente y ligera enduro KTM EXC-F 500 Six Days, (con un peso de serie sobre unos 110kg en seco), ya que es un modelo que ofrece un motor muy robusto y fiable, permitiéndome tiradas largas sin fatigarse, al que solamente se ha alargado el desarrollo para que vaya mas desahogada en zonas rápidas”.
El modelo escogido, una Six Days que dispone de diversos gadgets decorativos, incluye interesantes elementos como el electro-ventilador, el mapa de curva de potencia, las pletinas de dirección mecanizadas y anodizadas en naranja con un offset de 22mm, un disco de freno trasero sólido y el tirador rápido del eje delantero de la rueda, arrancando ya de una base que resulta ideal para dicha transformación.
Para mejorar su autonomía, se cambió el depósito de combustible original translúcido de 9,2 litros por uno similar, pero aumentando su capacidad en 17 litros, de la firma IMS. El asiento también se sustituyó por el de Power Parts, aportando mayor comodidad. Seguidamente tocaba mejorar la disposición de los instrumentos de navegación, la iluminación y la protección aerodinámica.
Como no quería perder la agilidad y simplicidad de la 500, Jaume nos comenta:
“Estuve dudando entre montar el kit de MST, más sencillo y cercano a la moto de serie, que es el Enduro Mask, básicamente añade una cúpula transparente y una pequeña estructura que la soporta y donde se puede fijar el GPS. La estructura va sujeta a las tijas y por tanto gira con el manillar. Otra opción es el Rally Light que tiene la misma cúpula y luces que el Enduro Mask, pero con la sólida torre de navegación del modelo Rally Réplica (más completo) y donde se pueden fijar grandes aparatos de navegación. La torre va adherida al chasis de la moto, por tanto no gira con el manillar. Descartado el Réplica kit por precio y complejidad, estuve dudando mucho entre el Enduro Mask y el Rally Light, al final me quedé este último y creo que he acertado”.
“Llevar los instrumentos más adelantados, altos y que además estén fijos mejora mucho su lectura. La mirada sigue siempre en la dirección de marcha y se evitan distracciones que pueden acabar en accidentes. En la Yamaha JVO lo llevaba así, también en la 790 y la diferencia es enorme sobre un GPS instalado más cerca del cuerpo y que además se mueve con el manillar.
Si a eso añadimos que mejora la iluminación y la protección aerodinámica, creo que es el que me conviene más para la utilización que le daré. El precio a pagar además de en euros son los 3100gr que pesa. Si a eso le descuento los 500gr de la máscara y luz originales, me quedo con un incremento de 2600gr”.
El aspecto que presenta es imponente, luciendo una sólida estructura de aluminio con unos acabados impecables.
La complicación viene con todo el cableado. Si no se coloca nada más de lo que lleva la moto no es complicado, pero en su caso le añadió intermitentes led con sus respectivos relés, un cable para la conexión inalámbrica del teléfono móvil/GPS y su interruptor para darle corriente, unas luces auxiliares también con interruptor, si se prevé que no las necesita se pueden sacar con solo dos tornillos, dejando tomas estancas, así que ponerlas es cuestión de cinco minutos. Se ha recolocado el cuadro de instrumentos original para que sea más legible, la luz de las intermitencias, una toma de corriente estanca y un USB también con su transformador, un voltímetro/reloj/termómetro que tenía por el garaje, una llave de contacto y para acabarlo de complicar, la caja Bluetooth del mando Carpe Iter (Terrain Command) con sus cables que vienen de las botoneras del manillar…
“Precisamente, al utilizar el Terrain control de Carpe Iter, llevarlas una al lado de otra las hace mucho más fáciles e intuitivas de usar. Cada botón tiene su homólogo al lado: subir/bajar, izquierda/derecha, zoom in/out, menú, reposicionamiento… es genial. Te mueves fácilmente por el GPS y las aplicaciones del móvil sin soltar la mano del manillar. Todo este sistema con Android es un gran avance”.
Luego vino poner el soporte (Holder 2.0) del móvil rugerizado (Doogee S88 Pro).
“Tengo varios soportes para el Holder, el que me gusta más es el Dual Sport , ya que con él es muy fácil cambiar la orientación e inclinación del móvil, pero no me cabía, así que acabé con el UNI que sólo permite variar la inclinación”.
Con este soporte le quedaba espacio para poner debajo de él la caja Bluetooth de Carpe.
“Por cierto, la nueva caja es mucho más pequeña y totalmente impermeable, un gran avance. La llave de contacto de Viejos Pistones la pusimos en un lateral y los intermitentes led de Puig en unos agujeros de la torre que parecían hechos a medida. A base de muchas horas y paciencia fui colocando los cables, relés y demás chucherías electrónicas.
Al poner las botoneras de Carpe tuve que mover la piña de las luces hacia el centro del manillar, no es tan cómodo, pero llego bien. Los puños los he cambiado por unos de espuma que me aportan mayor confort”.
Respecto al peso, se han añadido los 3.100 del kit MST más 700gr del Holder y 380gr del Doogie, lo que suma 4.180gr, menos los 500gr de la careta original, se queda en un peso total de 3.680gr. Para poder llevar un poco de equipaje, se instaló un soporte de la marca Giant Loop´s (Tail Rack), encima del guardabarros trasero, lo que le permite montar una pequeña bolsa.
A nivel de suspensión se mantiene la horquilla WP XPLOR de origen, aunque para mejorar el confort se han instalado unos silentblock BRP en el manillar, junto con un amortiguador de dirección Scotts, que mejoran la estabilidad a alta velocidad.
Acentuar que mecánicamente se mantiene todo de origen. Solo se han instalado unos protectores de la tapa de embrague, encendido y de silencioso. En conclusión, Jaume nos comenta que a pesar de que está muy satisfecho con la transformación, aún podría mejorar en breve algunos detalles…
EFECTIVA Y CON UN ACABADO PRO
“Me encanta el resultado, con el Kit MST, aun habiendo un enjambre de cables han quedado ordenados y no he tenido que vinilar el plexiglás para esconderlos. Esa pequeña cúpula me da algo de protección aerodinámica sin ser un armatoste, de hecho sube poco más que la careta original. También protege los instrumentos, pero al ser transparente se ve ligera y la moto no pierde su aspecto endurero.
Respecto a la posición que llevaba anteriormente sobre el manillar que me obligaba a mirar muy abajo ha mejorado sustancialmente. El trip original de la moto se ve mejor ahora que donde va puesto originalmente, también el chivato de los intermitentes. Además, puedo cambiar la orientación del móvil de horizontal a vertical para ver mucho más track, también variar la inclinación para ir sentado o de pie. Todo ello sin utilizar herramientas. El Holder 2.0 es perfecto, muy sólido y filtra muy bien las vibraciones de la moto. Va con llave por si quiero dejar el móvil puesto”.
Finalmente comentar la llamativa decoración realizada por Uni Racing de aspecto rugoso, que además de aportar una estética muy original, es ideal para la protección de la plástica, con unos adhesivos que son eternos, incluso en uso intensivo.
“Destacar que acostumbrado a la Adventure 790, al montar ahora con la 500 con su preparación especial, gran depósito de 17 litros y el kit rally, que le hacen aumentar su peso, la moto me sigue pareciendo pequeña y súper ligera, me permite mantener un buen ritmo sin notar más inercias de lo normal, los cambios de dirección, caballitos y saltos salen solos. Al meterme por zonas más rotas y senderos complicados, nada, todo sigue igual, es fácil y divertida como siempre”.
Fuente: Jaume Von Arend ( Trail Dreamer ) / Fotos: EM Trail©