Joan Barreda y Marc Coma, al igual que el resto de los participantes en el Dakar, siempre compiten con un protector cervical para minimizar los daños en una posible caída.
La seguridad de los pilotos se ha convertido en una obsesión para la organización del Dakar, que en cada edición se esfuerza por proteger la integridad de los participantes pero sin renunciar a la dureza extrema de la mítica competición. Más allá del kit de seguridad que la organización obliga a portar y la armadura (casco, gafas, botas, guantes, rodilleras ortopédicas, espaldera, etcétera) con la que los pilotos AMV Joan Barreda y Marc Coma, al igual que el resto de los competidores, protegen sus cuerpos para minimizar lo daños tras una caída, hay una pieza básica que ha salvado muchas vidas en los últimos años: el protector cervical.
Fue a raíz de las muertes del francés Richard ainct en el Rally de Faraones en 2005, después de ganar el Dakar e
n tres ocasiones, y del italiano Fabrizio Meoni, que falleció seis meses después en el rally que le coronó en dos ocasiones como campeón, cuando la organización, las marcas y los equipos comenzaron a estudiar la introducción de un protector cervical eficaz porque ambos pilotos murieron desnucados. Un año después, en la edición africana de 2006, el australiano Andy Caldecott perdió la vida en idénticas circunstancias.
En 2007 la Amaury Sports Organization (ASO), empresa organizadora del Dakar, promovió una iniciativa para que todos los pilotos pudieran participar en la competición portando un protector de cuello subvencionando casi la mitad de su precio total (550 euros). La idea cuajó y hasta 80 pilotos tomaron la salida con la nueva protección, que ya se ha convertido en una pieza indispensable para cualquier competidor.
Fue Chris Leatt, un neurocirujano sudafricano, quien ideó el primer protector cervical tras la muerte de uno de sus mejores amigos en una carrera de enduro. Tras pasar las pruebas de control de calidad a las que lo sometió BMW y KTM, nació el Leatt-Brace que aterrizó por vez primera en el Dakar de 2007.
El neck brace está fabricado en fibra de carbono para aportar ligereza y va anclado el peto del corredor, por debajo de la chaqueta. Su principal función es proteger el cuello y evitar que el efecto latigazo produzca una lesión cervical. Si el cuello se estira bruscamente hacia delante, los ligamentos se pueden desgarrar. Si el retroceso es muy fuerte, se produce un latigazo que puede fracturar las vértebras. El protector cervical impide que el cuello se estire demasiado hacia delante y que en el retroceso se flexione peligrosamente hacia atrás y se facturen las vértebras.
Joan Barreda, piloto AMV:
“El ‘neck brace’ es un protector para impedir que te puedas romper las vértebras. Lo abres por el lateral y te lo colocas alrededor del cuello. Hace tope con los hombros y con el casco, con lo que limita la movilidad del casco para evitar que en una caída te puedas romper alguna vértebra del cuello. Las rodilleras ortopédicas son una de las cosas más importantes cuando uno se sube a una moto, porque siempre te protegen de cualquier torsión o de un impacto directo. Es una de las cosas a la que la gente debe prestar más atención a la hora cuando se sube a una moto”.
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Fuente: prensa AMV Fotos: amv/ Alpinestars/ Moveo/enduromagazine