
PRESENTACIÓN


TRANSFORMACIÓN MUY ACERTADA
Sabíamos de la dilatada experiencia de Llobet y no dudábamos de sus palabras al hablar de la nueva moto, pero sinceramente, creíamos que sería otra MX con leves modificaciones que servirían para la especialidad del enduro, sin más. La sorpresa vino después de realizar una completa prueba de la KE, tanto en crono como por terreno más abierto, incluso completando una jornada endurera por todo tipo de terreno montañoso, trialeras incluidas.

La carrocería la notamos muy estrecha y minimalista, tal y como es la moda actual, con un pequeño depósito de combustible de 6,1 litros, lo que nos permite, gracias a su excelente ergonomía, movernos encima sin ningún obstáculo, en una posición muy racing y dominante, contando con un buen manillar Renthal K971. Debido a la puesta a punto de la suspensión, una vez encima de ella baja considerablemente, encontrándola algo menor que su competencia.
Disfruta de un óptimo reparto de pesos, a los primeros metros ya notamos su ligereza, muy similar por ejemplo a la KTM, se habla de unos 104kg, en seco.
TECNOLOGÍA PUNTA EN SU MECÁNICA
Tres pequeños conectores DFI de diferentes colores, nos permiten, cada uno de ellos al accionarlos, modificar radicalmente el carácter de respuesta de la moto. El blanco nos aporta una muy suave respuesta a la apertura del gas, bastante light. Un segundo de color verde, la transforma en una enduro para todo, y un tercero negro apto para MX, cronos muy rápidas con peraltes y para pilotos con un pilotaje muy agresivo.

Para la puesta en marcha arranca únicamente con palanca, que por cierto arranca muy bien tanto en frio como en caliente, incluso con una marcha engranada, primera patada para conectar la inyección y con la segunda ya se activa el motor fácilmente.
Precisamente, en la próxima versión 2017, se incorpora el arranque eléctrico, junto con una pequeña mini batería de última generación de litio muy ligera, aunque hay que destacar: sólo permitirá el arranque en 50 ocasiones.

Mientras que el modelo de origen mantiene el silencioso standard, en la versión Racing incorpora un silencioso None M-515, que aparte de ofrecer un aspecto más deportivo, le imprime un sonido muy de carreras, provocando que nos suba la adrenalina a cada golpe de gas, con unos decibelios que se acercan al máximo permitido. El silencioso None en aluminio será modificado en breve, ya que su instalación roza con el guardabarros trasero y lo puede deteriorar.
El embrague multidisco en baño de aceite es el mismo de origen, accionándose por cable, montando un gran regulador en la maneta para mantener el tensado correcto. En su accionamiento lo notamos con una suavidad correcta y buena precisión, además de tacto. Decir que en la versión Racing, se sustituye este por uno hidráulico.
¡PARTE CICLO IMPRESIONANTE!
La parte trasera no desentona en absoluto, encontramos un sistema Uni-Trak con bieletas, con un amortiguador regulable en compresión, baja y alta velocidad, extensión y precarga del muelle, en definitiva, totalmente regulable, que combina perfectamente con la reacciones de la horquilla.

Destacar que de cara a proteger los bajos del motor y chasis, se ha instalado un protector de cárter firmado por Acerbis, además, para las manos, también incluye los prácticos paramanos y un protector del disco trasero.
En el apartado de los neumáticos, la moto se comercializa con Michelin competición VI delante 90/90/21 y detrás 140/80/18, enduro competición FIM sustituyendo la rueda original por una de 19”.
Como detalle bien resuelto tenemos un caballete en aluminio sujeto con una específica tira de goma, que facilita resguardar bien el caballete, impidiendo que nos moleste circulando.
CONCLUSIONES

Destacamos su calidad y el buen trabajo realizado en la transformación de una enduro, que por sus características se muestra ideal tanto para competir, como para entusiastas amantes de las buenas sensaciones.

Fuente y Fotos: EM enduromagazine©copyright